¿Sabemos que es el bruxismo y cual es la causa?
Muchas veces escuchamos a nuestros hijos rechinar los dientes por las noches, esto es conocido como bruxismo. Se produce por la contracción de los maxilares de una manera excesiva. El bruxismo puede aparecer a cualquier edad, puede detectarse a partir de los 4 años, de echo lo padecen en España entre un 20y un 30% de los niños.
Para localizar este trastorno en primer lugar hay que descartar una patología asociada, como enfermedades neurológicas o reumatológicas (ansiedad y estrés). Una vez descartadas estas causas, hay que identificar las que desencadenan los síntomas en el niño como factores estresantes o hábitos que aumentan los síntomas (ingesta de chicles, algunas chucherías o morderse la uñas).
Este trastorno lo sufren tanto los niños como las niñas no hay deferencia de sexo y que tienen los dientes de leche. Aunque sufren un desgaste de los dientes puede ser funcional, no una patología.
Por otro lado, ya mas “grave”, es el que se presenta en adolescentes y más común en niñas, al tener cambios hormonales y teniendo los dientes definitivos. Al padecer el bruxismo tienen dolores de cabeza, musculares o dificultad para abrir la boca.
Hay que diferenciar entre el bruxismo nocturno y el diurno. El nocturno es una acción involuntaria, que durante la infancia es una forma natural de desarrollar la formación muscular y ósea de los huesos de la cara, esto suele desaparecer cuando salen las muelas.
El bruxismo diurno por otro lado puede ser consciente o inconsciente.
El bruxismo se puede alargar a la edad adulta si continuamos con estrés. Aunque según algún estudio…señala que puede ser genético “todavía no esta muy claro”.
¿Cómo podemos solucionarlo?
Cuando ya sabemos la causa del bruxismo es importante saber como tratarlo, no hay que precipitarse en colocar una férula sobretodo cuando aún quedan dientes por salir.
Si es por causas de estrés, es necesario recurrir a profesionales como psicólogos o psiquiatras. Mientras tanto si el paciente ya tiene la edad suficiente es recomendable suministrar analgésicos y relajantes musculares adecuados y calor durante el tiempo que se crea adecuado para evitar la alteración de oclusión y la forma de morder.